La Consejería de Sanidad de Castilla La Mancha ha sido condenada porque la información sobre la campaña de vacunación contra la meningitis del año 2000 no fue suficiente ni adecuada.
Debido a esto el Tribunal Supremo ha considerado que la Consejería de Sanidad de Castilla La Mancha tiene que indemnizar con 800.000 euros a una joven a la que se le tuvieron que amputar los pies como consecuencia de una meningitis.
El Trubunal Supremo cree que durante la campaña que se llevó a cabo en el año 2000 en Castilla La Mancha, y que se dirigía a menores de 6 años, se privó a los padres de los mayores de esa edad de la posibilidad de obtener una información «suficiente, comprensible y adecuada» sobre la vacuna, que les permitiera adoptar medidas oportunas para su protección.
La joven ya había sido vacunada contra la meningitis C en 1997, pero sus padres desconocían que debía ser revacunada, ya que esa vacuna era insuficiente y había otra nueva más eficaz, a lo que el Tribunal Supremo alega que «Lo que es evidente es que nadie se revacuna de una enfermedad como la meningitis C, si no tiene noticia de la insuficiencia de la vacuna anterior y es aquí, en la falta de información que provoca la perdida de la oportunidad de proteger a los menores excluidos de la campaña, donde radica la dejación de funciones de la Administración».
Esperemos que no se vuelvan a dar más casos de este tipo y no sea necesario que a alguien le tengan que amputar algún miembro para que desde las administraciones se informe convenientemente de las vacunaciones.