La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamamiento para que se utilicen las jeringas inteligentes en todo el mundo. Según la organización, el uso de una misma jeringuilla o aguja para administrar inyecciones a varias personas está favoriendo que se propaguen algunas enfermedades infecciones mortales por todo el mundo.
Un estudio realizado en el año 2014 demostró que 1,7 millones de personas se infectaron del virus de la hepatitis B a través de una inyección contaminada. En el caso de la hepatitis C, se infectaron 315.000 personas y 33.800 en el caso del virus del sido (VIH).
Dr. Gottfried Hirnschall, Director del Departamento de VIH/Sida de la OMS:
“Implantar el uso de jeringas con mecanismos de seguridad es esencial para proteger a la población de todo el mundo contra la infección por el VIH, la hepatitis y otras enfermedades. Esto debería ser una prioridad urgente para todos los países»
Las jeringuillas inteligentes tienen unas determinadas características que impiden su reutilización. Algunos modelos, por ejemplo, tienen en el émbolo un punto débil que provoca su rotura cuando el usuario intenta tirar hacia atrás después de haber administrado la inyección.
Otros modelos tienen un mecanismo que traba el émbolo, de manera que no puede desplazarse hacia atrás. También existen otras jeringas en las que la aguja se retrase en el cilindro después de haberse administrado la inyección o que cambian de color una vez utilizadas.
También se están comenzado a incorporar jeringas que protegen al personal sanitario de pinchazos accidentales. ¿Cómo? Son jeringas que tienen una funda protectora y, una vez utilizadas, ésta se desliza sobre la aguja impidiendo que el usuario pueda pincharse accidentalmente.
LA OMS PROPONE MENOS INYECCIONES
La OMS también considera que se podrían reducir el número de inyecciones a través del uso de medicamentos orales. Cada años se administran en todo el mundo 16.000 millones de inyecciones: el 5% para vacunar a niños y adultos y otro 5% para tranfusiones de sangre o administración de anticonceptivos inyectables. El resto, el 90%, son inyecciones administradas vías intramuscular, subcutánea o intradérmica que, en muchas ocasiones, podrían sustituirse por medicamentos vía oral.
Dr. Edward Kelley, Director del Departamento Prestación de Servicios y Seguridad de la OMS.
«Sabemos cuáles son los motivos por los que esto está ocurriendo. Una de las razones es que, en muchos países, la gente tiene la expectativa de que les administren inyecciones, creyendo que este es el sistema más efectivo. Otra es que, en los países en desarrollo, muchos profesionales sanitarios administran inyecciones en sus consultas privadas para complementar su salario, que puede no ser suficiente para mantener a sus familias».