Es posible que gracias a un estudio del grupo de investigación de Receptores de Neurotransmisores del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (UC-CSIC) se puedan desarrollar nuevos fármacos contra la despresión.
Esto sería posible gracias a que se ha descubierto que el efecto que tiene la depresión sobre la noradrenalina, una sustancia fundamental para el funcionamiento del cerebro. Con el estudio se ha demostrado que la depresión altera el funcionamiento de las células del cerebro que se comunican sobre la noradrenalina.
Los investigadores han podido comprobar, analizado muestras cerebrales post-autopsia de pacientes que fallecieron y tenían un diagnóstico de transtorno depresivo mayor, que es la forma más severa de depresión, que los enfermos deprimidos tienen aumentado el número de proteínas cerebrales sobre las que actúa directamente la noradrenalina, pero además, la actividad química que estas proteínas tienen que poner en marcha a lo largo del cerebro está disminuida.
Gracias a este descubrimiento que permite conocer los cambios que se producen en el cerebro de las personas con depresión se puede avanzar en el desarrollo de nuevos fármacos contra esta enfermedad.
Entre los participantes en este estudio se encuentran la profesora Elsa Valdizán, perteneciente a la Universidad de Cantabria, que se ha encargado de coordinar el proyecto, la doctora Fuencisla Pilar-Cuéllar, investigadora perteneciente al CIBERSAM (Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental, del Instituto Carlos III) y el profesor Ángel Pazos, responsable del grupo de Receptores y director del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (IBBTEC), centro mixto de la Universidad de Cantabria y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
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