¿Pueden los efectos secundarios ser una excusa para un crimen?

efectos-secundarios-crimen

Esta semana, un hombre que mató a su esposa mientras ella dormía ha culpado de su acción a los efectos secundarios de una pastilla para el insomnio que estaba tomando.

Brian Browning se ha declarado inocente basándose en la evidencia de un médico que dijo que la doxilamina (la pastilla que tomaba para poder dormir) «podía causar que una persona hiciera cosas que, de no tomar la pastilla, consideraría totalmente fuera de lugar».

Este argumento no fue aceptado por el tribunal de primera instancia y Browning fue condenado. En la apelación, el tribunal reconoció que el juicio del acusado estaba perturbado por su «estado psicológico» pero llegó a la conclusión de que en el acto influían varios factores agravantes.

En el caso de Browning, además de afirmar que no tenía intención de matar a su esposa, se afirmó inicialmente que las pastillas para dormir causan psicosis. Pero ante la evidencia de que la doxilamina no causa psicosis, esta afirmación fue abandonada durante el juicio.

 Otros casos similares

Ha habido varios casos similares a este en los últimos años, en los que se cometieron crímenes «bajo la influencia» de alguna pastilla. En el año 2011, un niño de 16 años apuñaló a su amigo hasta la muerte y el juzgado canadiense consideró que lo hizo por un «trastorno del estado de ánimo inducido por Prozac con síntomas maníacos«.

Prozac, cuyo principio activo es la fluoxetina, es un popular inhibidor de la recaptación de serotonina, un tipo de fármaco vinculado a la agresión en menores de 18 años. Teniendo en cuenta que el niño no tenía antecedentes de violencia, el juez concluyó que el asesinato no habría ocurrido si no fuera porque el menor tomaba esta pastilla.

En Estados Unidos, los fabricantes de la pastilla para dormir Ambien han sido demandados en varias ocasiones porque los efectos secundarios en estado de sonambulismo han llevado a varias personas a cometer crímenes de los que supuestamente no eran conscientes.

En Australia, un hombre sostuvo que Duramine, un medicamento contra la obesidad, fue el culpable de que acosara a chicas jóvenes por Internet, ya que reducía su capacidad de controlar sus impulsos.

¿Pueden ser excusadas estas personas por su violencia y actos moralmente reprobables porque estaban tomando un medicamento? ¿Son estas personas las propias víctimas o delincuentes totalmente culpables?

Artículo original completo: The drugs made me do it: can prescription side-effects be an excuse for crime?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *