Investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) han diseñado un sistema que permite detectar los efectos adversos de los medicamentos haciendo uso de las redes sociales. ¿Cómo? Analizando y traduciendo en datos manejables los comentarios que se hacen en las redes sobre fármacos comerciales.
Cada 5 segundos se realiza un total de 170.000 búsquedas sobre la salud en Google. Isabel Segura Bedmar, investigadora del departamento de Informática de la UC3M, explica:
“Los ciudadanos generan ahora mucha información, de modo que las redes sociales pueden ser una valiosa fuente para descubrir efectos adversos de los medicamentos una vez el fármaco ha finalizado la fase de ensayos clínicos y empieza a comercializarse”
El prototipo creado por la UC3M es parte del proyecto europeo de investigación TrendMiner y permite analizar los comentarios de los usuarios en las redes sociales a través de técnicas de procesamiento del lenguaje natural (PLN). De esta forma, las descripciones coloquiales se convierten en datos manejables para los estudios.
Para analizar los comentarios se utiliza un procesador lingüístico basado en MeaningCloud, una tecnología para análisis de big data de la empresa Daedalus, que reconoce menciones hechas por los usuarios de fármacos, efectos adversos y enfermedades. Además, el sistema monitoriza la evolución de las menciones y sus coocurrencias, de forma que para monitorizar fármacos que pertenecen a la familia de los ansiolíticos, tiene en cuenta las menciones de los principios activos (lorazepam y el diazepam, entre otros) y también de las marcas comerciales (por ejemplo, Orfidal).
La profesora Paloma Martínez, investigadora del Laboratorio de Bases de Datos Avanzadas de la UC3M, asegura:
“Estos datos pueden también combinarse con los obtenidos de otras fuentes, como son las historias clínicas electrónicas de los pacientes; en ellas aparece información muy útil sobre diagnósticos, tratamientos, etc., también descrita en gran parte en lenguaje natural, por lo que es necesario codificarla y convertirla en información estructurada con la que poder trabajar”
José Luis Martínez Fernández, profesor en el departamento de Informática de la UC3M y director de la consultoría de Daedalus:
“El reto es transformar esos textos, que actualmente se almacenan sin analizar, en información estructurada, lo que permite que se pueda utilizar con fines clínicos y epidemiológicos para adquirir nuevo conocimiento o analizar tendencias que faciliten la toma de decisiones”
Esta tecnología podría ser también empleada para que las farmacéuticas controlarán qué se está diciendo de un fármaco o para recabar sospechas sobre efectos adversos y complementar así las notificaciones que se reciben por los canales tradicionales.
Los efectos adversos de los medicamentos
Las reacciones adversas a medicamentos son un grave problema de seguridad en el campo de la salud, por eso cada vez el área de la farmacovigilancia recibe más atención. Muchas reacciones adversas no se descubren mediante ensayos clínicos y se estima que solamente se notifican entre un 5 y un 20% de las reacciones.