Investigadores de University College de Londres han descubierto que medicamentos para su uso por vía oral podrían ser impresos usando una impresora 3D SLA que utiliza una técnica denominada estereolitografía.
Este proceso emplea resina que cura mediante luz ultravioleta en un tanque, y un láser ultravioleta para construir los objetos. Los objetos tridimensionales son obtenidos mediante la adición de finas capas, impresas una encima de otra.
Con la impresión SLA se pueden crear medicamentos en formas y dosis más precisas, sin degradación del principio activo que se deteriora con el calor que requieren los otros métodos.
Lo bueno de una impresora de medicamentos es que pueden imprimirse en forma de figuras y colores para que los niños los tomen con más facilidad o instalarla, por ejemplo, en casa de una persona con movilidad reducida y que un médico o farmacéutico lo activara de manera remota.