La farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) vuelve a estar en el punto de mira después de que Estados Unidos le ha impuesto la mayor multa de la historia, esta sanción llega tras varios años de investigación a cargo de la Food and Drug Administration (FDA), el FBI y el Departamento de Sanidad sobre prácticas ilícitas de GSK.
A principios de julio GSK fue condenada a pagar una multa de 3.000 millones de dólares por distintas conductas delictivas con tres de sus fármacos, concretamente la multa se impone por falsear u ocultar datos de tres de sus medicamentos.
El Departamento de Justicia de EEUU afirmó que GSK promocionó de manera ilícita ‘Paxil’, un medicamento para la depresión, en pacientes menores sin tener la licencia de la FDA y pagó a médicos en 2003 para que recetaran el antidepresivo ‘Wellbutrin’. Además tampoco informó de las contraindicaciones de su medicamento para la diabetes ‘Avandia’ entre 2001 y 2007.
El Gobierno de los EEUU se ha puesto de parte del consumidor alegando que hay que “detener las prácticas que ponen en peligro la salud de los pacientes, que afectan a los contribuyentes y van contra la confianza pública”
De los 3000 millones de sanción, 2.000 millones de dólares se destinarán a pagar demandas civiles relacionadas con los tres medicamentos mencionados y otras alegaciones de fraude y manipulación de precios.
Andrew Witty, consejero delegado de GSK, ha hecho público un comunicado en el que explica que las malas prácticas se dieron en otra época de la empresa, previa a su nombramiento, aunque también afirmó que esos errores no deben ser ignorados y se debe aprender de ellos.
Esperamos no tener que informar de más irregularidades por parte de las farmacéuticas.