Las Reacciones Adversas a los Medicamentos, como ya hemos mencionado en otras ocasiones, generan cerca del 20% de las consultas hospitalarias de urgencia en nuestro país, por eso es importante tomar medidas para tratar de poner fin a este problema.
Carmen Peña, Presidenta del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, considera que el sistema de salud español se podría ahorrar un buen número de consultas al médico de cabecera o a urgencias dando más juego al farmacéutico, y una de las formas de conseguirlo sería dotar a estos profesionales sanitarios de la posibilidad de acceder a la historia farmacológica de los pacientes, siempre bajo el consentimiento del propio paciente.
Con el acceso a la historia farmacológica los farmacéuticos podrán recordar a los pacientes cuándo deben tomar cada medicina, cuáles pueden estar contraindicadas si paden algún transtorno alimentario o de algún otro tipo y sobre todo poder hacer un seguimiento de la medicación que evite errores y que mejore el cumplimiento de las terapias prescritas por el médico.
Esta petición de los farmacéuticos además cobra más sentido si tenemos en cuenta ue la población española es la segunda que más medicamentos toma en Europa, sólo es superada por la población francesa, y cada español toma una media de 20 medicamentos al año.
Para lograr que este colectivo pueda acceder a los datos farmacológicos de los pacientes se han presentado una serie de alegaciones al Proyecto de Receta Médica, ahora sólo hay que esperar para ver si estas peticiones serán o no cumplidas.
En mi libro «El dato personal terapéutico» hablo sobre este asunto. El ciudadano tiene derecho a que el farmacéutico acceda a su historial farmacoterapéutico, precisamente, como explica este post, para evitar RAM, sobre todo, RAM graves.
Deben de comenzar a aclararse y concretarse de una vez por todas las diferentes responsabilidades de los agentes que participan en la cadena de información del medicamento. Ya que tienen una responsabilidad compartida, cada agente necesitará de las herramientas necesarias para desarrollar su trabajo. En este caso, el farmacéutico debe poder acceder al historial farmacológico o farmacoterapéutico del paciente, ahora bien, siempre cumpliendo con la legislación en protección de datos.
De todas formas, el ciudadano puede autorizar al farmacéutico para solicitar copia de la historia farmacológica en su centro de salud, y que, a partir de ahí, el farmacéutico lleve su propia historia farmacoterapéutica, independiente de la historia clínica. Un lio, más cuando hay medios tecnológicos para tener una historia de salud digital, única, actualizada e integrada. En Estados Unidos muchas empresas, tipo Microsoft y Google, están desarrollando proyectos en este sentido.
Saludos
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, tendré que leer tu libro, por cierto quiero aprovechar la ocasión para felicitaros por la relevancia y el buen trabajo que estáis haciendo desde Bufete RAM