Ya hemos hablado de lo importante que es la farmacovigilancia y notificar las sospechas de reacciones adversas de los medicamentos, y hoy queremos profundizar un poco más en el tema.
¿Qué es una Reacción Adversa?
Cualquier respuesta a un medicamento que sea nociva y no intencionada, y que tenga lugar a dosis que se apliquen normalmente en el ser humano para la profilaxis, el diagnóstico o el tratamiento de enfermedades, o para la restauración, corrección o modificación de funciones fisiológicas. Este término incluye también todas las consecuencias clínicas perjudiciales derivadas de la dependencia, abuso y uso incorrecto de medicamentos, incluyendo las causadas por el uso fuera de las condiciones autorizadas y las causadas por errores de medicación.
¿Cuándo se deben notificar las reacciones adversas?
Siempre que tengamos la sospecha de una posible relación causal de los signos y síntomas de una reacción adversa en el paciente con el uso de un medicamento. Algo aparente insignificante puede ayudar a identificar problemas de seguridad en los medicamentos. Además hay que notificar aunque nos falte algún dato.
¿Cómo se notifican las RAM?
Utilizando las “tarjetas amarillas”, con franqueo en destino, que ponen a su disposición los correspondientes Centros Autonómicos de Farmacovigilancia o comunicándolo al Laboratorio farmacéutico titular del medicamento relacionado, cuyo Responsable de Farmacovigilancia debe reunir la información del caso, antes de notificarlo al SEFV-H.